En el corazón de la zona rural de Indiana, Estados Unidos, Shawn y Bruce Carpenter tomaron hace una década una decisión que cambiaría la vida de su familia: plantar 5.000 árboles de Navidad en su granja, Bittersweet Farms, con el propósito de financiar la educación de sus ocho nietos. Hoy, con alrededor de 1.000 majestuosos abetos y pinos listos para la venta, su proyecto familiar se convierte en una fuente de esperanza y apoyo para la próxima generación.
Por: Infobae
Historia y motivación familiar
En 2013, los Carpenter enfrentaron el desafío de asegurar un futuro académico para sus nietos. Inspirados por la idea de una inversión a largo plazo, decidieron plantar miles de árboles de Navidad en su terreno rural. El plan era esperar aproximadamente diez años, hasta que alcanzaran entre seis y diez pies de altura, momento en el cual sus nietos estarían listos para ir a la universidad.
“Fue una inversión para ayudar a nuestros nietos a ir a la universidad”, comentó Shawn Carpenter a Herald Times. Aunque la familia sabía que el crecimiento de los árboles sería un proceso largo y con riesgos, su compromiso con el proyecto nunca flaqueó, aunque no fue sencillo..
Con el paso de los años, la naturaleza siguió su curso en la plantación. Los Carpenter se encargaron de labores básicas como vigilar plagas y cortar el césped entre los árboles, pero evitaron inversiones costosas en mantenimiento. La falta de cuidados intensivos resultó en la muerte de muchos árboles; sin embargo, alrededor de 1.000 sobrevivieron y crecieron fuertes y frondosos, listos para la temporada navideña.
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