El destino escondía una jugada inimaginable a Sairam Rivas, 30 años, que iba para miss (llegó a ser finalista en un concurso internacional de belleza) y acabó como activista social y dirigente nacional de la marxista Bandera Roja (BR). Una década después de haber sufrido cinco meses de encarcelamiento injusto en el Helicoide, Rivas revive hoy aquellos días por culpa de la reclusión en la siniestra prisión administrada por la policía política de Nicolás Maduro de su pareja sentimental. La misma cárcel donde aprovechó para releer El capital, de Carlos Marx.
Por Daniel Lozano | EL MUNDO
Su novio, Jesús Armas, es un dirigente opositor muy cercano a María Corina Machado y de gran prestigio internacional, tanto que hasta la fundación de Barack Obama ha exigido su puesta en libertad. Durante seis días, Armas sufrió torturas en una casa clandestina de los agentes chavistas.
Quien lo pudo averiguar, en un acto casi heroico, fue Sairam, que de esa forma forzó su traslado a la cárcel. Tres semanas después mantiene su lucha por la libertad no sólo de Armas, sino también del resto de presos políticos. Ella también deshoja la margarita de la libertad en la cuenta atrás para el 10 de enero, día de la toma presidencial.
El Mundo: ¿Qué se sabe del estado físico de Jesús Armas tras su desaparición forzada y su posterior ingreso en la cárcel?
Rivas: Desde que lo trasladaron al Helicoide, más nunca lo hemos podido ver. La única vez que yo lo vi fue cuando me enteré de que estaba en Boleíta Zona Siete (calabozos de la Policía Nacional Bolivariana). Jesús me describió las torturas que sufrió, le asfixiaron con una bolsa en una casa clandestina del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN). Le presentaron ante el juez de forma telemática durante sólo 20 minutos después de haber estado desaparecido seis días. Cuando el régimen supo que lo había descubierto, le prohibieron cualquier tipo de contacto con el exterior, ni siquiera sus padres le han visto ni una sola vez. Ahora existe la práctica de la desaparición forzada, de hecho, yo me enteré gracias a una visita no autorizada, de la que el régimen no estaba al tanto. Freddy Superlano (líder en Venezuela de Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López) está con Jesús en el Helicoide, donde ha cumplido cinco meses sin que su familia le haya podido ver ni una sola vez.
El Mundo: ¿Usted sufrió torturas durante sus cinco meses en el Helicoide?
Rivas: Físicas, no. No fui golpeada ni sufrí cosas como las que le han hecho a Jesús. En el Helicoide a nosotras (otras activistas que participaban en un campamento juvenil de protesta en Caracas) nos colocaron en una oficina que convirtieron en celda. Gracias a una huelga de hambre que hicieron afuera conseguimos que nos dejaran salir al sol. En las primeras semanas, cuando estábamos en un comando de la Guardia Nacional Bolivariana, nos hacían dormir esposadas unas con otras, así íbamos también al baño. Eran vejaciones sin sentido porque éramos estudiantes jóvenes. En el Helicoide la amenaza constante era el traslado a La Tumba, celdas en el sótano (para los presos especiales del chavismo).
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