
Los accidentes de tránsito en las populares motocicletas encabezan las estadísticas de pacientes politraumatizados y mortalidad en los hospitales de varias regiones del territorio nacional.
Por Jesús Quintero /Corresponsalía lapatilla.com
En Venezuela los accidentes de tránsito constituyen un problema de salud pública, que es visto con preocupación por las autoridades y los ciudadanos. Algunos apuntan que el meollo del asunto no es solo la imprudencia al manejar, sino también del exceso de motorizados que circulan en las principales ciudades del país.
El estado Mérida no escapa de estas fatales estadísticas y aunque no existen estadísticas oficiales sobre las cifras de lesionados y fallecidos por esta causa, diariamente es pública y notoria la actuación de los cuerpos de seguridad y rescate en este tipo de siniestros. Es alarmante la cantidad de personas que ingresan a centros de salud, porque son víctimas de algún tipo de accidente en las principales carreteras del estado.
El exceso de velocidad, la imprudencia al conducir y el deterioro de la vialidad son algunos de los factores que han provocado el aumento en la tasa de morbilidad y mortalidad por accidentes en la entidad andina.
Diariamente ocurren varios siniestros viales en los que están involucrados tanto adultos como menores de edad, generando preocupación en la población.
Imprudencia en la vía
El uso del casco puede salvar centenares de vidas, aunque muchos usuarios no hacen caso omiso a esta normativa exponiéndose a conducir a altas velocidades sin las medidas de seguridad y sin medir las consecuencias.
Los pacientes politraumatizados son trasladados por los organismos de seguridad y rescate hasta los centros de salud, donde son estabilizados. En algunas ocasiones, no presentan lesiones graves; en otros casos requieren valoraciones médicas más exhaustivas en el servicio de traumatología, que pudiera necesitar una planificación de cirugías complejas y procesos postoperatorios, que incluyen terapias para la recuperación de la movilidad de las extremidades de los pacientes.
Es importante destacar que las lesiones más frecuentes son fracturas, traumatismos craneoencefálicos, lesiones internas y quemaduras, y en muchos casos los accidentes en motos resultan en el fallecimiento de las personas.
Gastos para atención asistencial
Tener un familiar hospitalizado en el área de trauma shock de un recinto de salud implica altos costos de hospitalización, debido a la gran cantidad de insumos que requieren los profesionales de la salud para cumplir los tratamientos y salvarle la vida al paciente lesionado.
Los más común en Venezuela es encontrarse con los hospitales desguarnecidos de medicamentos y demás insumos médicos, los cuales deben ser proporcionados por los familiares. Costear el total de las listas de medicinas y demás insumos se hace cuesta arriba para cualquier ciudadano, que salta de una farmacia a otra, y también recurre a casas médicas para conseguir el mejor precio de lo solicitado, que va desde solución fisiológica al 0. 9%, inyectadoras, yelcos, alcohol absoluto, jeringas, agujas, gasas, adhesivo, inclusive, tratamientos de alto costo para mantener sedado al paciente mientras se encuentra en el área de trauma shock.
Los pacientes politraumatizados tienen una edad promedio entre los 14 y 40 años, en su mayoría son del sexo masculino, requieren atención especializada y costosa, lo que a menudo representa una fuerte carga económica para las familias.
Los costos de los insumos pueden superar los 1.000 dólares, monto que pudiera requerirse hasta en una semana mientras dure la hospitalización.
El calvario de la hospitalización
lapatilla.com conversó con Alejandra Pérez, madre de un paciente politraumatizado en el Hospital Universitario de Mérida. Su hijo de 30 años sufrió un accidente de tránsito el año pasado en el mes de octubre. A partir de allí comenzó el calvario para su familia.
“Desde el mismo momento del ingreso a la emergencia, comenzaron a pedir insumos para atender a mi hijo. Aparecieron los doctores con las listas de todas las cosas que había que comprar: desde guantes, gasas, cubrecamas, yelcos, hasta algodón”, relató Pérez recordando aquel momento.
“No teníamos dinero, trabajamos del día a día, pero poco a poco familiares y amigos fueron ayudando. La hospitalización se prolongó por más de dos meses por una bacteria que agarró mi hijo”, lamentó la madre.
“Cada vez que salía el personal de salud a la puerta de la emergencia gritando el nombre mi hijo, pedían soluciones, yelcos, inyecciones, y si no la teníamos a la mano, debíamos salir corriendo a comprarla (…). Teníamos que recorrer varias farmacias buscando mejores precios, todo variaba mucho”.
Los gastos son muy elevados y las familias venden bienes y hasta hacen rifas para costear la hospitalización de su pariente, a pesar de que en el país la atención en los centros asistenciales es “gratuita”.
Los médicos trabajan “con las uñas”, pues la dotación de insumos es insuficiente para la alta demanda, sobre todo cuando se trata de un hospital universitario tipo IV que recibe pacientes, no solamente del estado Mérida, sino de todo el occidente del país, y hasta personas provenientes del Departamento del Norte del Santander en Colombia.