Los niños sufren los cambios sociales, a consecuencia de la crisis económica que lleva más de cinco años en el país y que no permite a sus padres comprarles juguetes de último modelo o videojuegos, obligándolos a incentivarlos a retomar formas de esparcimiento tradicionales, como por ejemplo: las metras y las perinolas.
El sociólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Eduardo Castillo expresó que este giro que se produce donde “los más pequeños de la casa” y los adolescentes se vean impedidos a acceder a los juegos tecnológicos (por el costo de los mismos) provoca en la sociedad buscar las maneras de salir adelante, a pesar de las adversidades, en este caso, con la puesta en práctica de los juegos tradicionales.
“Entre estas distracciones se encuentran, además de las perinolas y las metras; el trompo, el yoyo y los vuelos de papagayos, que eran pasatiempos de la vieja escuela que no se habían abandonado del todo en nuestra nación, pero que eran poco comunes; sin embargo los niños necesitan algún tipo de escape a su energía y a su ocio y hay que resolver”.
Resaltó que por el contrario, en años anteriores se notaba como en los hogares de pocos recursos no tenían prioridad a la hora de adquirir los bienes y disponían de los dispositivos de último modelo, los televisores más caros, etc; y reiteró, que actualmente la degeneración de sistema económico conllevó a retomar esos entretenimientos tradicionales. Aclaró que la vuelta a estos no es por su revalorización social, sino por la necesidad económica.
A su juicio, el que los infantes se vean obligados a jugar con cosas o a hacer cosas que no elegirían en un contexto normal, trae como consecuencia que sus capacidades de elección se tornen reducidas o reprimidas, “no es justo que los chicos venezolanos se entretengan con juguetes viejos pero, hoy día es una herramienta”.
El también sociólogo egresado de la UCV, Maury Iranzo concordó con su homólogo al decir que estamos viviendo una época en la que hay que convertir la crisis en oportunidad, en este caso, lo que ayuda a recuperar nuestros juegos tradicionales.