La pandemia del Covid-19 trajo consigo la suspensión de eventos masivos, entre los cuales se contaron aquellos de carácter religioso.
Yanitza Martínez // Corresponsalía LaPatilla
En el estado Lara se lleva a cabo la segunda manifestación mariana más grande de Latinoamérica: la procesión de la Divina Pastora, acto religioso que cada año en el mes de enero, concentra a millones de personas, quienes se congregan en una multitudinaria peregrinación que va desde el pueblo de Santa Rosa hasta la ciudad de Barquisimeto.
Las restricciones por la pandemia trajeron consigo la paralización de esta y otras actividades durante dos años, y el próximo #14Ene la patrona de los larenses, volverá a recorrer las calles junto a sus devotos en la visita número 165 a la capital de Lara.
Desde el 1° de enero comenzó a verse movimiento en Santa Rosa, pues se iniciaron los preparativos para este importante acontecimiento espiritual.
El sector económico es uno de los que muestra mayor actividad en los primeros 15 días de enero. Durante dos años sufrieron un importante bajón debido a la suspensión de la procesión.
La Iglesia Católica, junto a autoridades gubernamentales, ha dispuesto de favorables condiciones para que este sector tenga cabida en la celebración, y en esta edición los han organizado de una mejor manera.
Desde el pasado jueves #5Ene los vendedores de comida, dulces, artesanía, ropa y souvenirs se ubicaron en dos calles alternas al santuario de Santa Rosa. Se pudo conocer que cada uno de estos comerciantes cuenta con un puesto previamente demarcado y autorizado por la alcaldía del municipio Iribarren, ente que recibió a manera de colaboración 100 bolívares por cada vendedor.
Con esta nueva medida, los representantes católicos y civiles buscan una mejor organización y así evitar la presencia de vendedores a la entrada del pueblo o a los alrededores de la plaza Bolívar que puedan obstaculizar el paso de visitantes y la salida de la imagen el próximo sábado #14Ene.
Más de 50 emprendedores están trabajando en sus puestos en el pueblo de Santa Rosa. A estos se le suman aquellos que en forma permanente poseen sus puestos de ventas en el mirador, y que han expresado su deseo de recuperarse en estos primeros días de enero.
Lucimar Amaro manifestó que la pandemia los golpeó fuertemente, ya que durante ese tiempo de confinamiento todo estuvo cerrado, por lo que no pudieron producir nada.
Aunque Amaro detalló que la afluencia de personas ha bajado en comparación a años anteriores, guarda la esperanza de que con el paso de los días, la situación pueda mejorar, especialmente entre el 10 y 14 de enero.
Por su parte, Maritza Rodríguez, quien tiene 16 años trabajando en el mirador de Santa Rosa, mencionó que espera que con esta actividad se reactive la economía, al tiempo en que señaló que tiene la expectativa de recibir visitantes de otras regiones del país.
Con el transcurrir de los días, el flujo de personas en el pueblo de Santa Rosa aumenta. Miles de personas acuden diariamente a visitar a la patrona sentimental de los larenses y aprovechan la oportunidad de llevarse un recuerdo, como imágenes, estampitas, rosarios, bisutería y franelas. Estas últimas son una de las prendas más llevadas y sus precios van desde los 3 dólares hasta los 15 dólares, dependiendo de la calidad y el diseño de la misma.
De igual manera, el 14 de enero el número de personas que aprovechan la festividad para comercializar sus productos aumenta considerablemente y a lo largo del trayecto se despliegan para vender sus mercancías.